20 mayo 2016

Imaginemos el mundo al revés

Artículo de Neil Clark en RT:



Imaginemos que el gobierno democráticamente elegido de Canadá hubiera sido derrocado por un golpe financiado por Rusia, en el que los extremistas de derechas y neonazis hubieran jugado un papel prominente.
Que el Nuevo “gobierno” no elegido en Otawa derogara la ley que da al francés el estatus de lengua oficial, nombrara a un multimillonario para dirigir Quebec y firmara un acuerdo de asociación con un bloque comercial dirigido por Rusia.
Simplemente imaginemos…
Que Rusia hubiera gastado 5000 millones de dólares en el cambio de régimen en Canadá y que entonces una importante empresa de energía canadiense nombrara para su consejo de dirección al hijo de un importante político del gobierno ruso.
Simplemente imaginemos…
Que el gobierno sirio hubiera organizado en Damasco una reunión de los “Amigos de Gran Bretaña”, un grupo de países que apoyan el derrocamiento violento del gobierno de David Cameron.
Que el gobierno sirio y sus aliados dieran a los “rebeldes” antigubernamentales en Gran Bretaña millones de libras y otro apoyo y que no condenara a los grupos rebeldes cuando asesinan civiles británicos y bombardean escuelas, hospitales y universidades.
Que el ministro de asuntos exteriors sirio calificara las elecciones programadas del siguiente año en el Reino Unido como una “parodia de democracia” y dijera qu Cameron debería irse antes de celebrar elecciones.
Simplemente imaginemos…
Que en 2003 Rusia y sus aliados hubiera lanzado un ataque a gran escala contra un país rico en petróleo en Oriente Medio, alegando que ese país poseía armas de destrucción masiva que amenazaban al mundo y que después no se hubieran encontrado esas armas.
Que más de un millón de personas hubieran muerto en la carnicería que siguió a la invasión y que el país estuviera en el caos todavía 10 años después.
Que las compañías rusas hubieran llegado para beneficiarse de la reconstrucción que siguió al “cambio de régimen”.
Simplemente imaginemos…
Que los periodistas prorrusos que hubieran repetido las alegaciones de que el país de oriente medio que Rusia había invadido en 2003 poseía armas de destrucción masiva no se hubieran disculpado y mostrado contricción a pesar del enorme número de muertes, sino que siguieran en sus puestos de trabajo bien pagados haciendo propaganda de más guerras e “intervenciones” ilegales contra otros países independientes, y atacaran a los periodistas honestos que no propagaron mentiras de guerra.
Simplemente imaginemos…
Que más de 40 personas protestando contra el gobierno central hubieran sido quemados vivos por extremistas progubernamentales en Venezuela.
Que el gobierno venezolano hubiese lanzado una ofensiva militar contra gente que protestaba pidiendo una mayor autonomía/federalización, después de una visita a Caracas del director de los servicios secretos rusos y de Dmitri Medvedev.
Simplemente imaginemos…
Que el pasado Agosto más de seiscientas personas protestando  contra el bobierno en Minsk hubieran sido masacrados por las fuerzas armadas. Que esta primavera los tribunales hubieran  decretado condenas a muerte contra más de 600 personas que apoyan a los partidos de la oposición.
Simplemente imaginemos…
Que Rusia hubiera pasado muchos años hablando del fin de la Guerra fría mientras rodeaba a los Estados Unidos de bases militares y presionaba a Canadá y México  para ingresar en una alianza militar rusa. Que el mes pasado Rusia hubiera desarrollado unos ejercicios militares masivos en México.
Simplemente imaginemos…
Que se hubieran filtrado conversaciones telefónicas entre altos funcionarios del ministerio ruso de asuntos exteriores y el embajador ruso en Canadá en que juzgaban quién debería o no debería estar en el gobierno de Canadá. Que su candidato llegase a ser el nuevo primer ministro, no elegido, tras un “cambio de régimen” financiado por Rusia.
Que el alto funcionario ruso del ministerio de exteriores dijera también: “que se joda la Unión Europea”.
Simplemente imaginemos…
Que las fuerzas aéreas sirias hubieran bombardeado un depósito de armas en Israel y también hubieran bombardeado convoys que agentes de los servicios secretos decían que llevaban armas para fuerzas antigubernamentales el Siria.
Simplemente imaginemos…
Que importantes políticos rusos participaran en las protestas callejeras antiausteridad en Europa occidental y repartieran galletitas entre los manifestantes y apoyaran a los manifestantes en su demanda de cambio de gobierno.
Imaginemos que habría sucedido si algo de lo descrito anteriormente hubiese ocurrido. Compararlo con lo sucedido en la realidad es muy instructivo y nos muestra qué es lo que funciona mal en el mundo de hoy.
Las acciones llevadas a cabo por los Estados Unidos y sus aliados serían consideradas totalmente inaceptables si las hubieran cometido otros países. Todo lo que tenemos que hacer es cambiar los nombres de los países para darnos cuenta de la doble vara de medir.
Si Rusia hubiera atacado un rico país petrolero en Oriente medio en 2003, y los periodistas prorrusos hubiesen pregonado el mismo tipo de opiniones a favor de la guerra, y la propaganda sobre armas de destrucción masiva que los neocon y falsos izquierdistas pregonaron en occidente cuando los Estados Unidos invadieron Irak, entonces podemos estar seguros de que Rusia habría sido mirado cmo un paria internacional y los periodistas que actuaros como cheer leaders de la invasión ilegal habrían quedado desacreditados para el resto de su vida. Pero los USA no se han visto sometidos a sanciones o amenazados con el aislamiento, su presidente en 2003, George W. Bush, y su aliado Tony Blair todavía no han sido juzgados por crímenes de guerra y los “expertos” mediáticos que apoyaron la invasión de Irak siguen en sus puestos y ahora apoyan una nueva guerra fría contra Rusia y una nueva intervención militar contra Siria.
Si Rusia hubiera gastado 5000 millones de dólares en derrocar al gobierno democráticamente elegido en Canadá o México e instalado una junta prorrusa en su lugar, podemos estar seguros de que en unas pocas horas se produciría una invasión militar masiva para quitar del poder al nuevo “gobierno”. Los canales de noticias occidentales y los expertos apoyarían entusiásticamente la acción estadounidense, declarando que era una “respuesta a la agresión rusa” y diciendo que estaba totalmente justificada. Pero cuando el cambio de régimen lo llevan a cabo los Estados Unidos en Ucrania, y se instala una justa pro USA en Kiev, vemos una historia totalmente diferente. La misma gente que gritaría contra un golpe de Rusia en Canadá o México celebró el derrocamiento ilegal del legítimo gobierno de Ucrania.
Ya sabemos cómo responderían los Estados Unidos si otro país instalara armas nucleares cerca de su territorio: en 1962 el mundo estuvo al borde de la guerra con la crisis de los misiles en Cuba. Pero , mientras estaríamos al borde de una tercera guerra mundial si fuerzas rusas llevaran a cabo ejercicios militares en México, no se considera una provocación los ejercicios militares de la NATO en Estonia.
Si los gobiernos de Bielorrusia y Venezuela hubieran respondido a las protestas antigubernamentales como lo hizo en régimen militar egipcio el pasado agosto, o enviado tanques y usado armas pesadas contra su propio pueblo como la junta apoyada por occidente de Kiev lo ha hecho, podemos estar seguros de que los “humanitaristas” de la falsa izquierda estarían pidiendo no solo sanciones punitivos sino incluso ataques aéreos, y que los presidentes Maduro y Lukashenko fueran juzgados en La Haya.
Sabemos qué habría sucedido si las fuerzas aéreas sirias hubieran bombardeado un depósito de armas y varios convoyes en Israel, y no al revés. ¿Por qué toleramos esta hipocresía?
No hay base legal ni moral para decir que los Estados Unidos y sus aliados puede hacer cosas que, si las hacen otros países son motivo de condena y se castigan con sanciones y/o ataques militares e invasiones. La ley internacional y los principios de no interferencia en otras naciones deberían aplicarse de la misma manera a todos, sea cual sea su sistema político o forma de gobierno. El gobierno británico no tiene derecho a interferir en los asuntos internos de Siria y el gobierno sirio no tiene derecho a interferir en los asuntos internos de Gran Bretaña. Los USA no tienen más derecho a cambiar regímenes en países fronterizos con Rusia que el que tiene Rusia de cambiar regímenes en países fronterizos con los USA.
Necesitamos un nuevo orden internacional basado en la igualdad de todos los países soberanso: un nuevo “mundo de iguales”, como se dijo en el Forum de Belgrado de este año, cuya declaración se puede leer aquí. Si podemos imaginar esto y trabajar por llevarlo a la práctica exponiendo la hipocresía occidental y los dobles raseros en todas partes donde se dan, el mundo será un lugar mucho más seguro.